Erotic Palace
La dirección de la Tormenta se encaminó hacia lugares muy extraños el pasado sábado... ¿Hacia qué lugares me refiero? Pues la Tormenta acabó dentro de un sitio llamado "Erotic Palace"!! Ay Dios mío...Todo empezó con la idea de crear "el Kit de la Superpestrucha" y acabó conmigo mirando hacia los lados para que nadie me viera meterme en un sex shop... jajaja Tenía que ir en busca de condones de sabores y era el sitio que me quedaba más cerca! Erotic Palace, con letras de neón rosa fluorescente y unas puertas mecánicas con dibujos sujerentes... Nada más entrar paneles y más paneles de tías en bolas a tamaño real y después una gran sala con cantidad de pelis porno y un dependiente al fondo de la habitación. ¡Mi salvación! Se lo diré, me lo venderá y saldré corriendo... Así fue. El dependiente era majete (se parecía al frikivendedor de cómics de Los Simpsons) y me ayudó a escoger entre la gran variedad existente. Pagué, con la tarjeta de crédito (mira que como alguien - véase mi padre- le dé por mirar el extracto de mis gastos y vea esto...) y me fui sin mirar a un hombre que estaba merodeando por ahí cerca... Aunque irremediablemente ví una carátula de una peli que ponía "Fatima Fong" y salía una mujer china vestida con un bikini de cuero e hiper gordísima... ay diooo mío... tengo que salir de aquí...
Y lo mejor, posiblemente, fue esto, la salida. Al salir se me quedaron mirando una pareja de viejos y una chica joven. La chica flipó! Me mira a mí, mira hacia el sex shop, me vuelve a mirar a mí y se queda parada y se gira al verme pasar!! JUAAAASS Pues sí, una tía, saliendo de un sex shop, y qué?? Qué pasa?? Necesitaba comprar unos condones de sabores urgentemente! :P
3 Comments:
Yo también tuve que entrar una vez en una sex-shop... Aunque iba acompañado y eso ayudó bastante. Teníamos que comprar algo para el cumpleaños de un amigo y fuimos a una tienducha que había al lado de la estación. Allí nos pusimos a ver y, por lo que recuerdo, me llamaron la atención varias cosas:
1. Todo era carísimo.
2. La mayoría de las cosas no sabíamos ni para qué servían. (Inocentes...)
3. El dependiente de la sex-shop tenía cara de dependiente de sex-shop. Esas cosas marcan.
Al final compramos una cajita que llevaba dentro un micropene lleno de pelos. En aquel momento nos pareció gracioso.
No volveré a pisar nunca un lugar así.
Mi creo que, única entrada en un sex shop, fué en Viena. Había una calle llena de ellos y entramos en uno al azar. Tenía dos plantas, cada una gigantesca. La verdad es que me pareció bastante divertido para ser la primera vez, no era nada soez, como había imaginado. Tenían un montón de cosas, todo muy bien estructurado por tipos de productos.
Eso sí, lo que más nos llamó la antención fueron, aparte de los varios trajes de cuero y demás disfraces, una especie de promontorios-estatuas o no sabría muy bien cómo llamarlo, de un material indefinido, con formas muy raras y penes por todas partes y de todos los tamaños. Y por supuesto, mucha variedad: que si uno con dos penes gigantes; otro con uno gigante, otro diminuto y otro tamaño medio; otro con un pene para delante y otro para atrás... no se, no lo recuerdo muy bien, pero todo lo que imaginéis, es poco.
Nadie nos miró raro al salir.
Vale... no era mi primera vez en entrar en un sex shop... Pero la otra vez (y coincido en eso con bolboreta) estábamos en el extranjero y nos dio por ahí...
Mi ex, Chouette y yo íbamos por el aeropuerto de Frankfurt y entramos un sex shop enorme... en un aeropuerto! Quien lo iba a decir... Además en uno de los aeropuertos más importantes de todo el mundo... hay que ver...
Pero claro, como allí iba acompañada la experiencia fue diferente... fue muy divertido! jeje
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